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Corresponsal en Valencia

Medioambiente

Tiempos impredecibles

Carol Díaz Tapia

Tiempos a, hubiera afirmado sin dilación que las tempestades amainan en verano (sin contar las gestadas por nuestros representantes políticos), y que las sequías suelen ser las grandes protagonistas por estas épocas, primordialmente aquellas que arrasan con las ilusiones de cientos de campesinos y agricultores.  

Pero son otros tiempos. Ahora apoquinamos con tempestades y con sequías. Con frío y con calor. Con fuegos, pero también con aguaceros. Desgraciadamente, adjetivos que no se complementan. Sólo aumentan su potencial destructor.  Hace unos decenios que los grandes expertos nos advierten del peligro de un inminente cambio climático derivado de la inconsciencia con la que jugamos con nuestros recursos naturales. Me atrevo a decir que la palabra ‘inminente’ ya ha quedado desfasada.  

Es hora de quitarnos la venda de los ojos, ¿no creen?. Sí, es tarde para la palabra ‘inminente’, pero no para ‘rectificación’, ‘disminución’, ‘ecología’ y, sobre todo, para ‘futuro’. No podemos tirar la toalla. Ahora menos que nunca.  

Incendiarios

Carol Díaz Tapia 

¿Sabían que las autoridades policiales sólo detienen a un uno por ciento de los incendiarios? ¿Y que en su mayoría se trata de agricultores que prenden fuego a los matojos para librarse de ellos? Sí, la inmensa mayoría de los incendios son provocados. Son datos desoladores. Y la destrucción de nuestros bosques, la dramática consecuencia. 

Por este motivo, todo esfuerzo es poco. Las autoridades se han puesto manos a la obra. Así, el pasado miércoles el gobierno valenciano hacía público su nuevo plan quinquenal antiincendios, en el que se prevé mejorar las actuales infraestructuras de que dispone en toda la Comunitat, así como crear nuevas bases aéreas y helipuertos. Todo, para minimizar las consecuencias medioambientales.  

Sin duda, se trata de una buena noticia. No obstante, también sería conveniente replantearse las causas de tanto incendio. No puede ser que sólo un uno por ciento de los incendiarios lleguen a ser detenidos. La presencia de guardas forestales debe ser mucho mayor y la actuación policial para cercar a los delincuentes, mucho más efectiva. Y más si tenemos en cuenta que una buena parte de los incendiarios son reincidentes.